Dicen que en la vida puedes encontrarte distintos caminos. Cuando no estoy segura de cuál escoger, sólo me queda confiar en mí, buscar el correcto.
Vivo en una película dentro de mi cabeza, rodeada de recuerdos inolvidables de los que no me quiero separar.
Nunca dejo de avanzar, pero a pasos lentos y con desgana porque esos pensamientos me hacen caminar con la mirada perdida y sin ningún rumbo.
Paro un momento y echo un vistazo a mi alrededor.
Estás ahí siguiéndome en cada paso que doy.
Me levantas cuando tropiezo sin yo pedirlo.
Me ayudas a buscar todos los pedacitos rotos que hay y a reformar el puzle.
Me quitas las muecas de la cara, convirtiéndolas en sonrisas.
Cuando estoy contigo sólo quiero irme a un parque y empezar a correr y a gritar como cuando éramos pequeñas hasta quedarme sin respiración. Echarme en el césped y contemplar el cielo a tu lado. Contigo siento esas ganas de vivir.
Vuelvo a ser yo gracias a ti.
Y entonces, al ver que caminas junto a mí, me doy cuenta de que merece la pena seguir.
