El mismo error constante; un paso adelante y dos atrás.
La misma piedra en un camino del que no veo el final.
Mientras seguimos como ayer, huyendo de una realidad a la que no le caigo bien, o es ella la que me cae mal.
Riendo para olvidar, llorando por necesidad.
Y aunque no te quise mentir, tampoco dije la verdad.