Tortura es amar a alguien con todo tu ser y
no poder ser parte de ella.
Cuando una pareja rompe, siempre hay una
persona que sufre más y otra que deja de sentir y a penas lo pasa mal.
Sin embargo en las 250 millas no es tan
fácil como eso.
Recuerdo un cuento de dos chicas que se
conocieron a través de una pantalla y vivían a kilómetros de distancia. Ellas escalaban un enorme muro para poder
estar juntas, no lo tenían fácil y aun así todo iba perfecto, estaban muy
enamoradas dentro de la bola que las envolvía; la de las mentiras.
Para estar juntas tenían que mentir a la
mayor parte de su entorno, pero por supuesto nunca entre ellas. La confianza
llegó a tales extremos que la gente no entendía. No entienden.
No entienden cómo se puede estar con
alguien a quien no puedes tocar y ver durante tanto tiempo. Ni cómo se puede
confiar tanto en una persona que no está en tu día a día físicamente.
Aunque esto era lo que ellos pensaban.
Ambas tenían la capacidad de sentirse sin necesidad de estar cara a cara. Hasta
que un día una de ellas chocó contra la realidad de los demás ¿Por qué ahora lo
veía todo tan difícil? Perdió la fuerza, ya no era capaz de escalar el muro con
la facilidad de antes.
Me perdí, estoy perdida por algún lugar
oscuro y bajo cientos de metros de profundidad. ¿Que si la echo de menos? No te
haces una idea. Y aun así ya no lucho a contra corriente, no lucho por lo que
más quiero en el mundo y ella sigue luchando por mí. ¿Estará mejor así? ¿Será de verdad esto lo
mejor para ella? Todos me dicen que sí, pero ¿Por qué cojones le hago caso a la
gente si no tienen ni idea de cómo es, de lo que hemos sido y de lo que somos?
Yo sí que sé cómo es. Sé que me necesita,
que se pierde sin mí como estoy yo ahora perdida sin ella. Necesito encontrar
el camino a nuestras 250 millas y me va a costar, pero tengo fe en que lo
encontraré pronto. Y sé que ella estará esperándome en la entrada con los
brazos abiertos y una sonrisa.
¿De verdad la distancia ha podido conmigo?
Ahora necesito pensar bien las cosas y con
la mayor rapidez posible porque no quiero hacerle más daño, tengo que buscar la
forma de llegar a ella, buscar la energía que se fue volando y que lo único que
me ha dejado es tristeza. Sentarme en la cama y ponerme a hablar con su foto no
va a arreglar nada.
Hay personas irretenibles. Entran en tu
vida destinadas a salir de ella, puedes abrazarlas con todas tus fuerzas, pero
lo máximo que consigues es que se vayan un poco más despacio.
Sí las hay, pero tú no vas a ser una de
ellas. Tengo demasiadas cosas pendientes contigo como para dejarte ir.